La Pièce Paris

Pensamiento en París. Hecho para escapar de ella.

Creamos prendas para acompañar, no para señalar.
Piezas sobrias, modulables, hechas para acompañarte en los momentos en que todo se encadena – o se detiene.

En el origen, una idea simple: vestir el movimiento.
No el ruido, no el efecto.

El verdadero movimiento: el de una salida a las 6:17, una marcha lenta, un repliegue en calma. Y a veces, un impulso más intenso, una necesidad de rendimiento puntual — porque nuestras prendas también pueden responder a ello, con precisión.

Cada pieza está pensada como una herramienta textil precisa.
Un peto que se coloca bajo un abrigo. Una capa-mantel que se despliega en el suelo. Una bolsa térmica para las pausas largas.

Fabricamos en Francia. No por postura. Porque es aquí donde los gestos se piensan, prueban, llevan. Porque nuestras prendas están diseñadas para usos cercanos, concretos, duraderos.

Nuestro vestuario es sobrio, modular, evolutivo. Se ajusta al momento, a la luz, al cuerpo. Se dirige a quienes prefieren partir discretamente que imponerse visualmente.

Menos apariencia. Más presencia. La Pièce Paris.

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Cuando lanzamos La Pièce Paris, no buscábamos hacer moda.
Solo queríamos crear prendas que nos hubiera gustado llevar: en movimiento, en la ciudad, en la carretera o en calma.

Esta necesidad la vivíamos a diario. Pasé varios años en la industria de la ropa técnica y sportswear. Y en nuestra casa, el movimiento es parte de la cultura familiar. Mi pareja, ex velocista (4×100 m – UGSEL 1997, 1999), me enseñó algo esencial: el corte debe seguir al cuerpo, no al revés.

Así que buscamos un camino: el de un vestuario que acompaña sin imponer. Piezas discretas, sobrias, pero precisas. Plumíferos modulables, chaquetas técnicas que no parecen "techno", bolsos que se adaptan a los movimientos.

Trabajamos con nylon 6.6 francés, plumón certificado, nylon reciclado italiano. Materiales técnicos, pero que tratamos como en la costura. Cada pieza está ajustada, probada, corregida. Y siempre fabricada en Francia, en talleres de tamaño humano.

Lo que buscamos no es hacer bonito por hacer bonito. Es hacer bien. Para que la pieza se mantenga bien, dure, te acompañe sin esfuerzo.

Y cuando sale del taller, ya no es nuestra pieza. Es tu pieza

Es la tuya — usada a diario, llevada para el fin de semana, metida en una bolsa, olvidada hasta el momento en que se vuelve esencial.

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